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[GD 1.19.18] Pero Abel le respondió: «Lo que tú crees que pueda ocurrir, ¡esto ya ha ocurrido! Aun así, lo que tú me pides dentro de tu depravación, esto te lo voy a consentir por mi amor... La muerte que tú piensas darme caerá sobre ti, y mi sangre con la que vas a manchar la tierra clamará a Dios y caerá sobre ti y todos tus hijos; y la piedra con la que vas a matarme a golpes será una piedra del escándalo en la que tropezarán todos tus hijos. La serpiente estropeará toda la sangre de la Tierra, y los hijos de la Bendición clamarán venganza sobre tu sangre. Vendrán unas grandes tinieblas sobre vosotros y nadie comprenderá el lenguaje de su hermano –– como tú que ahora ya no comprendes el mío, porque has permitido que te deslumbre tu propia maldad manifiesta en la forma de la serpiente dentro y fuera de ti –– que era, es y siempre será la maldición manifiesta del juicio justo de Dios. [GD 1.19.21] La infamia que hiciste al Señor te tomará preso, y después de tu crimen se te abrirán los ojos y los oídos para que veas que el Señor me acoge como último sacrificio de tu mano, bien recibido. En adelante ya no habrá miramientos para ti sino únicamente la muerte con la que sacrificaste a tu hermano. [GD 1.19.22] Y para que veas que tengo todo poder sobre ti y que me resultaría muy fácil aniquilarte, te voy a dar una muestra de ello: mira aquella montaña de allí, hacia medianoche, al otro lado del río... [GD 1.19.24] Ya ves, Caín, que la montaña ha dejado de existir a causa del Espíritu del Amor cuya Fuerza es inherente en mí... e igual de fácil me resultaría aniquilarte a ti... Pero para que veas que la Fuerza en Dios no es nada “quebradiza” y que en tu hermano no hay la menor tendencia de tiranía, voy a seguirte como un cordero al lugar donde le van a degollar». [GD 1.20.1] De todos lados se acercaron nubes negras encima de Caín y enormes rayos destellaron en todas direcciones, acompañados por fuertes truenos; y empezaron a desencadenarse borrascas que arrojaron granizo sobre los campos fértiles, destruyéndolos por completo. Fue el primer granizo que había caído, una reacción del Amor sin Misericordia, porque de nuevo la Divinidad misma fue provocada por el crimen de Caín en su hermano Abel. [GD 1.20.13] A estas palabras de Caín la doncella serpiente se encendió tanto en su ira interior que empezó a irradiar una luz fuerte como la del Sol, e instantáneamente adaptó la figura de Abel. Poniendo una cara más que amable dijo a Caín: [GD 1.21.2] Y continuó cavilando. A eso llegó con los suyos a una zarza llena de moras, y como todos tenían hambre, en seguida quisieron saquearla con gran entusiasmo. [GD 1.21.10] A eso desde la nube que todavía chorreaba gotas de Bendición se hizo oír una voz: «¡Oye, Caín! –– He convertido mi Justicia en Amor... Pero en adelante este Amor se derramará únicamente sobre aquellos que no lo busquen en su estado de miseria o aflicción sino en su bienestar y su gran libertad... [GD 1.21.12] Ahora acudid al zarzal que está chorreando Bendición, y comed para saciar vuestra hambre –– pero siempre considerando de Quién viene esta dádiva. [GD 1.22.1] Así continuaron cierto tiempo, tal como les estaba mandado. Caín volvió a conocer a su mujer y engendró con ella un hijo al que dieron el nombre de “Hanoc”, es decir, “el honor de Caín”. Un día Caín reunió a todos sus hijos y les dijo: «Hijos míos, ved aquí a vuestro nuevo hermano al que el Señor me ha dado para que sea un señor sobre vosotros ––lo que le nombraré–– para que por una vez haya orden entre vosotros y se acaben vuestras riñas. Él os dará mandamientos, alabará a los fieles y castigará a los infractores, para que también nosotros nos volvamos un pueblo grande y de buena reputación como los hijos de Dios que no precisan de leyes, porque tienen el Amor que los hace libres. Pero a nosotros, a causa de mis pecados, el Amor nos ha colocado a los pies de ellos que nos aplastarán si nosotros, que somos unos sin leyes y sin orden, no tenemos a nadie que nos represente y justifique ante su gran poder. [GD 1.22.2] Ved, su Dios también es el nuestro, pero para ellos es un buen Padre, mientras que para nosotros es un juez. El Padre conoce su amor y tiene ojos y oídos para ellos. Pero nuestro caso es distinto: Nosotros somos entregados a nosotros mismos y podemos actuar conforme nos dé la gana. Sin embargo, si queremos subsistir, precisamos de leyes y de un orden. De no ser así, en una pelea, cualquiera podría matar a otro a golpes por pura arbitrariedad, de modo que el recipiente de la Justicia se llenaría antes del tiempo... y todos pereceríamos por el gran peso de nuestras atrocidades que recaerían sobre nosotros... Ante esta situación, con fuerzas unidas, vamos a buscar una gran cantidad de piedras para construir una vivienda grande y sólida para él y, conforme nuestro número, para cada uno de nosotros una más pequeña, todas en un círculo alrededor de la suya, para que él alcance todos con la vista y pueda observar vuestras actividades. Él estará exento de todo trabajo y como soberano en vuestro medio comerá del trabajo de vuestras manos. [GD 1.22.8] Acto seguido todos se fueron para poner manos a la obra para construir una ciudad. De esta manera estuvieron trabajando durante sesenta años, y como las construcciones frecuentemente se derrumbaban, necesitaban mucho tiempo para erigir el edificio para el nuevo soberano; y sólo lo pudieron terminar después de que Yo, en un sueño, le hube mostrado a Hanoc cómo debían proceder en sus construcciones. Porque Yo tenía compasión de los pobres hijos que sufrieron muchos malos tratos por parte de Caín extremadamente rígido, ordenado y legal. Porque reinaba sobre los suyos como un tirano, oprimiéndolos y manteniéndolos en terror y gran miedo de los castigos sin perdón ni compasión ––porque en él mismo no había amor sino únicamente obediencia ante toda ley–– sin tener en cuenta que una obediencia por mero miedo al castigo, en realidad, no es ni mucho menos una obediencia sino es mero amor propio... Sólo aquel que se ama a sí mismo respeta la ley por mero miedo del castigo, porque cuando experimenta el dolor del castigo se compadece a sí mismo en su debilidad irremediable. Sin embargo, a la mínima ocasión cuando nade le mira, maldecirá la ley y al legislador y, en cuanto pueda, pisará la ley con los pies. [GD 1.22.9] Si en tales condiciones un hombre ha podido acumular cierta fuerza, entonces se lanzará con doble crueldad contra las leyes ––ya sean buenas o malas–– y las destruirá junto con el legislador que carece de todo amor. (Nota bene: Todo esto también debieran tenerlo en cuenta todos los soberanos y legisladores de la época actual; de lo contrario también a ellos les esperará la misma suerte... si se imaginan que el miedo es el único medio para mantener el orden y las ventajas que les resultan por la obediencia muda por parte de los esclavos; con lo que más pronto o más tarde, o sea aquí o en el Más Allá, experimentarán sensiblemente qué clase de frutos producirán las leyes que no tienen su origen en el amor más puro y desinteresado.) [GD 1.22.11] Aquel que está entristecido de esta manera, en realidad no siente la pérdida de la Vida sino más bien la de la vida holgada; con lo que su arrepentimiento no es real porque no busca la reunificación conmigo. E incluso si le diera lo que no pide ni quiere, tal intercambio finalmente sólo le causaría la muerte, porque precisamente en la libre voluntad de hombre se manifiesta lo que es la vida. [GD 1.22.12] Ve, así fue en el caso de Caín, porque él había proscrito al amor para atenerse a la justicia... sin haber considerado que sin amor no hay justicia... y que, en realidad, la Justicia es sumo Amor sin el cual todo tendría que perecer... [GD 1.23.2] «Ve, Hanoc, en este edificio construido únicamente para ti, te entrego todos mis derechos paternales con todo poder para que reines sobre nuestros hijos y todos sus descendientes, mediante leyes sagradas para ellos. Poco importa si una ley es así o asá, porque la importancia mora en su observación estricta, con lo que constará: “Actuar conforme la ley es actuar correctamente –– mientras que actuar en contra de ella es un fallo acabado”... un fallo que acarrea la sanción irremediable conforme a la importancia de la infracción. [GD 1.23.4] Pero tú como legislador estás exento de toda observancia, porque tu libertad tiene que ser total y sagrada para todos, porque si tú también fueras atado a la ley, ella te estorbaría en tu esfera necesariamente libre. Por esta razón tienes que encontrarte fuera de ella, libre como alguien que no conoce leyes... pero a todos ellos que están sujetos a tu ley, cada una de tus acciones tiene que resultar una ley; de modo que hagas lo que hicieres, ¡cada gesto de ellos tiene que ser una realización de tu voluntad!». [GD 1.23.5] Acto seguido el nuevo soberano abrió la boca y dijo: «¡Oíd, todos vosotros que sois súbditos míos, hombres y mujeres!, ¡que nadie jamás considere algo como propiedad suya sino únicamente como mía, para que finalmente se terminen las peleas entre vosotros! Por lo tanto, en adelante, vais a trabajar para mis despensas; y en cambio yo os daré de comer, a cada uno conforme su aplicación... Los más fieles podrán estar más cerca de mí que los menos fieles... Los observadores de los reglamentos y los ejecutores de los castigos tendrán una comida más opulenta... Pero ¡ay de los desobedientes, porque a ellos los despacharé a las montañas donde las bestias salvajes los despedazarán! Aquellos que infringen mis leyes por pereza, falta de atención o descuido, ellos serán castigados con látigos hasta que sangren... A los que se atrevan a contradecirme en lo que fuera, se les arrancará la lengua y luego se les echará a las serpientes... Y aquel que osara mirarme de reojo, a él se le vaciarán los ojos para que en adelante ya no pueda ver a su soberano. El perezoso servirá de bestia de carga y será tratado como tal, con palos, para que sus manos y pies se vuelvan más ágiles. [GD 1.23.17] «¿Qué me estás preguntando? –– ¿Acaso no soy justo cuando actúo según me instruiste y me diste el poder? Fuiste tú mismo el que únicamente a mí me declaraste exento de la ley, sin excepción tuya... ¿Cómo, entonces, exiges ilegítimamente algo tal de mí, cuando me obligaste a que contigo ––el primer legislador–– cumpliera con las severas consecuencias legales de la desobediencia, estableciendo de esta manera un ejemplo sin piedad para que sirviera de escarmiento para todos los demás? De modo que si actúo así, ¿acaso no es justo? Porque donde no hay amor sino únicamente mera justicia, ¿cómo puedes tú enfrentarte a mis leyes arbitrarias para conseguir una excepción en forma de una gracia que nunca puede ser compatible con la justicia de las leyes de tu soberano? El hecho de que seas mi padre, ¿qué me importa? Lo que soy, ¿acaso no lo fui por ti, sin que hubiera puesto la menor condición para tanto? Tú me engendraste ajeno a mi voluntad y me hiciste soberano, también ajeno a ella. Dime, pues: ¿Qué clase de compromiso legal pudiera yo tener ante ti, ante el hecho de que me trajeron a este mundo y me hicieron lo que soy sin que jamás nadie hubiera consultado con mi voluntad ––ni tuve voluntad ni puse condición alguna–– sino que fui un producto de tu lascivia y fui soberano a causa de tu ambición... [GD 1.24.2] «Delante de mí se encuentra el fin del mundo y a la derecha y a la izquierda hay montañas altas a las que no me está permitido pisar... Y el ojo y el oído misericordiosos del Señor están cerrados para mí. Aunque aquí vea muchos frutos no bendecidos, ¿quién se va a atrever a comerlos? Porque las provisiones que trajimos con nosotros ya se han acabado. ¿Qué voy a hacer? |
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