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Capítulo 11 El Gobierno de Dios, Libro 1

Porque la tierra y todo lo que había sobre ella fue sometido a la voluntad de Adán... el mar y las demás aguas obedecieron fielmente a la menor señal de él y se prestaron respetuosamente para que su señor pudiese andar sobre ellos a voluntad... y desde su superficie hasta en los fondos más profundos, el mar le obedecía... todos los vientos le eran sumisos... y todos los animales en las aguas, sobre la tierra firme y en el aire obedecían a su voz. – El Gobierno de Dios, Libro 1, Capítulo 11, Párrafo 13

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