Oí como maldijiste a mi Sol y vi las gavillas vacías con las que querías contentarme dentro de tu pereza y avaricia... y vi que con tu gran holgazanería unas cuantas veces te aprovechaste de tu mujer, omitiendo lo que te había sido mandado hacer antes de cohabitar con ella. Dime, ¿acaso no es así? – El Gobierno de Dios, Libro 1, Capítulo 19, Párrafo 5
|