Capítulo 23 | El Gobierno de Dios, Libro 1 |
12. De modo que por esta vez Caín y su mujer tuvieron que ayunar y se fueron de la casa de Hanoc sin encontrar alma misericordiosa alguna entre sus descendientes que les diera de comer. Ante esta situación salieron a los campos para alimentarse de los frutos que habían quedado; y como no tenían vivienda construida, los dos durmieron a cielo raso. |
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