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Capítulo 23 El Gobierno de Dios, Libro 1

14. Cuando de nuevo habían trabajado una jornada intensiva –– los unos recogiendo frutos, los otros en la construcción de nuevas casas, viviendas y despensas, y otros para la comodidad de su soberano, su mujer y sus hijos, entonces de nuevo todos se presentaron en la gran casa de Hanoc y le trajeron frutos u otros justificativos de su actividad, pidiéndole comida conforme a lo reglamentado –– incluso Caín con su mujer.

15. Pero Hanoc se levantó furioso y dijo: «¿Cuántas veces aún queréis comer al día? –– ¿Acaso os imagináis que os mando recoger frutos para que podáis hartaros aquí sin más preocupaciones? ¿De qué, entonces, viviría yo y mi servidumbre que no trabaja como vosotros sino que tiene que portarme en los brazos –– siendo su señor? Por esto, ¡apartaos de mí y que de todos vosotros nadie ya se atreva pisar el umbral de esta mi vivienda señorial! En adelante mi servidumbre recibirá de vosotros los frutos que son para mi casa. Y vosotros mismos podréis comer frugalmente de los frutos que de por sí han caído de los árboles y de las zarzas... ¡Y esto se aplica tanto a los que recogen frutos como a aquellos que trabajan en la construcción! –– Con lo que tenéis un nuevo mandamiento que tenéis que cumplir... ¡Y ay del infractor!».

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