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Capítulo 25 El Gobierno de Dios, Libro 1

1. Acto seguido Abel desapareció y Atheope, por primera vez en su vida perfecto, comió felizmente de los frutos y cumplió concienzudamente con lo que le había sido mandado.

2. De esta manera, hasta la época actual, su último linaje repobló todas las islas en las grandes mares. Y, después del exterminio de la ralea de la serpiente mediante el diluvio, repobló también los continentes a los que hoy en día llamáis Africa, América y Australia. De modo que su linaje no fue exterminado por el diluvio, sino que continúa en la época actual como testimonio de las crueldades de aquellos tiempos.

3. Atheope vive todavía, actualmente, en una isla en medio de las grandes mares ––una isla que jamás el pie de un mortal va pisar–– y desde allí observa vuestro desarrollo.

4. Y Atheope comió y bebió, aprovechando de los frutos de toda clase y, durante mil años, engendró aún setecientos hijos. Después le renové, convirtiéndole... y ya no comía ni bebía porque fue saturado eternamente por mi Amor que es el mejor alimento. El que esté saciado con este alimento ya no palpará la muerte eternamente y nunca tendrá ya sed de una bebida o hambre de una comida. Y el proceso de dejar su cuerpo físico atrás será una salida consciente desde la vida terrenal para entrar en la Vida de los verdaderamente vivos mediante Aquel que es el verdaderamente Vivo –– el que soy Yo mismo.

5. Saciado de esta manera, Atheope continúa viviendo físicamente como el primer hijo del hombre en todo el contorno amplio de la Tierra, desde donde puede observar las actividades de todos los hombres, con lo que es un antiguo testigo de todas mis actividades, hasta la época actual.

6. Él conoció a Noé, a Abraham, a Moisés y a todos los profetas, y también a Melquisedec el sumo sacerdote.

7. También fue testigo de mi Nacimiento y de mi nueva Creación mediante la mayor de mis Obras –– la Obra de la Redención. De esta manera también será conservado hasta la descendencia de mi Ciudad Santa a la Tierra ––proceso que ya está poniéndose en marcha–– donde será bien recibido como fiel portero porque, aparte de Mí, nadie conoce a la serpiente tan íntegramente como él, al que ha hecho faenas como a nadie más.

8. Veis, he aquí la historia de Caín que os es presentada para que reflexionéis detenidamente sobre vosotros mismos... y os descubráis mejor a vosotros mismos y más fácilmente reconozcáis vuestras maldades y podáis exterminarlas en sus raíces... para que después en el ámbito de mi Amor podáis volver a encontrar el paraíso desde hace tanto tiempo ya perdido... y finalmente volveros verdaderos ciudadanos fieles de mi nueva gran Ciudad Santa y Yo vuestro Padre santo sumamente fiel y bueno en todas eternidades. ¡Amén!

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