Todos se inclinaron y dijeron: «¡Amen! –– Así sea, para que las palabras de cada uno de nosotros entren en vigor ante Hanoc, el infame que proscribió a nuestro padre y blasfemo vil del antiguo Dios poderoso». – El Gobierno de Dios, Libro 1, Capítulo 27, Párrafo 31
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