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Capítulo 112 El Gran Evangelio de Juan, Libro 5

La transformación futura de los mundos materiales en espirituales. La diferencia entre “niños” de Dios y “criaturas” de Dios.

1. (El Señor:) «Lo que por la razón humana acontece con el viejo cubo de agua –o lo que seguramente puede acontecer con él– eso, algún día, también sucederá con la Tierra, como también con todos los demás astros, incluso con los soles centrales principales, que luego se convertirán en astros completamente espirituales para que los habiten los espíritus bienaventurados.

2. Pero tales astros no estarán sólo habitados exteriormente, sino sobre todo interiormente, y eso en todos sus Templos de Vida interiores correspondientemente parecidos a las antiguas formas orgánicas-materiales…

3. Solamente entonces los hombres –como espíritus perfectos– llegarán a conocer perfectamente la naturaleza interior de los mundos que en tiempos remotos los habían llevado; y en toda la alegría no dejarán de maravillarse con la organización interior tan maravillosa y complicada - desde los órganos más pequeños hasta los más grandes...

4. Los pequeños planetas que no tienen luz propia –como esta Tierra y su Luna, la Venus, el Mercurio, el Marte, el Júpiter, el Saturno y todavía algunos más planetas parecidos– y que pertenecen a este sistema solar –como también los muchos cometas que posteriormente también serán planetas que llevarán seres humanos, eso en parte ya por una unión con un planeta ya portador de hombres, o por su propia madurez para hacerse un planeta–, después de haber transcurrido inimaginablemente muchos años terrestres, todos llegarán a su disolución en el Sol…

5. Al Sol y sus muchos compañeros la disolución final se les producirá en el Sol central de su “campo solar” . Estos Soles centrales llegan a una edad muy elevada –y para estos un eón de años terrestres es justamente lo que para esta Tierra es un año– y a los Soles de orden inferior los exceden en todas sus relaciones de existencia en más de cien mil millones veces. Luego a estos Soles centrales de “campos solares” se les producirá su disolución final en los Soles centrales de “regiones solares”, los que naturalmente en todas las relaciones de su existencia son más de cien mil millones veces más grandes que los Soles de orden inferior a ellos. A estos Soles centrales de “regiones solares” les llegará su disolución final en los Soles centrales de “universos solares”, y a estos, en las mismas condiciones, finalmente en un Sol central principal que ya no gira. El tamaño material de un Sol central principal os resultaría totalmente inconmensurable…

6. Pero, ¿dónde llegará este a su disolución final? - ¡En el Fuego de mi Voluntad!, y tras esta disolución de lo temporal, todos los cuerpos cósmicos volverán a sus antiguos ordenes y funciones –por supuesto dentro de lo espiritual–, para una eterna existencia espiritual en toda su magnificencia, magnitud y maravilla.

7. Por supuesto, no debéis imaginaros este tiempo como si todo eso iba a acontecer mañana o pasado mañana… pues si por cada grano de arena que existe en la Tierra contaseis un año terrestre, entonces esto difícilmente bastaría para representar con esto la etapa de la perduración material de la Tierra... Siendo así, ¡ni hablar de la perduración del Sol mucho más larga, y aún menos de la perduración de uno de los primeros Soles centrales que es un Sol de un “campo solar”!… y aún menos de los Soles centrales de

8. A pesar de semejante perduración de los enormes astros –para vosotros inimaginable– llegará el tiempo en que su plazo terminará. Y con eso, de nuevo, se habrá realizado y terminado un período de Creación. Después de esto, en un Territorio infinitamente lejano, será procedido a una nueva Creación en la cual –como también en incontables nuevas Creaciones siguientes– también vosotros participaréis con vuestra actividad con un poder cada vez más perfeccionado, pero que conste: ¡Únicamente como verdaderos “niños Míos”!

9. Quien no ha alcanzado la Filiación de Dios en el camino prescrito, aun así vivirá en su Tierra espiritual como ser perfeccionado y razonable, pues en todo caso vivirá, actuará y se moverá como criatura feliz… También visitará otros mundos espirituales vecinos, ¡e incluso podrá recorrer todo su cúmulo cósmico globular!, pero más allá de esto nunca llegará. Además, nunca alimentará ganas vivas por algo más sublime.

10. Pero mis “niños” siempre estarán conmigo; pues pensarán, sentirán y obrarán conmigo, como de un corazón común. En esto consiste la diferencia infinita entre mis verdaderos “niños” y las criaturas bienaventuradas dotadas de razón e inteligencia. Por eso, ¡tomad precauciones para que en tiempos venideros seáis considerados dignos de ser “niños” Míos!».

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