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Capítulo 114 El Gran Evangelio de Juan, Libro 5

El gran Hombre de la Creación y la Tierra.

1. (El Señor:) «Por supuesto, con razón bien fundada ahora podéis preguntar cómo precisamente esta Tierra tan pequeña con sus hombres tan pequeños ha recibido tal honor y Gracia, dado que en el espacio infinito de la Creación existe un sinnúmero de mundos luminosos mucho más grandes y magníficos, los que supuestamente serían mucho más apropiados para llevar, alimentar y abastecer a los “niños” de Dios convenientemente. ¡De modo que como “niños” de Dios, los hombres gigantescos del Sol central principal serían de una presencia mucho mejor que los miserables gusanos de esta Tierra pequeña! - Según las apariencias exteriores no hay mucho que se podría objetar a esta pregunta, ¡pero dentro de las relaciones interiores de los asuntos de la Vida, eso sería más bien algo imposible!

2. Cerca del centro del corazón el organismo de cada ser humano tiene su nervio vital - un bulto minúsculo que vivifica todo el organismo del cuerpo. Las partes de esta composición única tienen una función que atrae el éter vital de la sangre y del aire inhalado - primero a ellas mismas para que se mantengan en una actividad muy viva y, segundo, para que transmitan esta actividad vital a todo el organismo… pues así vivifican todo el cuerpo de la manera más acertada.

3. Aun si se te cortase un pie o una mano seguirías viviendo, como lo ves confirmado por muchos soldados ancianos que en las batallas perdieron manos, pies, orejas o narices, pues aun siendo inválidos continúan viviendo. Pero la lesión mínima del corazón en que se encuentra el pequeño nervio principal de la Vida, tiene por consecuencia la muerte instantánea del cuerpo.

4. Tal como estas medidas están tomadas en el cuerpo humano como también en los animales de sangre caliente, así también sucede en el mayor universo infinito de la Creación: El conjunto de todos los innumerables cúmulos cósmicos globulares representa en su totalidad un hombre gigantesco, inconcebible para vuestros conceptos. En este Hombre Cósmico el cúmulo cósmico globular en el que nosotros nos encontramos es el corazón; y para todo este enorme Hombre Cósmico precisamente esta Tierra es el minúsculo nervio principal vital - el que no se encuentra exactamente en el centro del corazón, sino un poco más al lado izquierdo del mismo.

5. En el centro del corazón también se encuentra un complejo de nervios muy grande; pero en este no está la sede de la Vida principal, sino se trata sólo de un taller para recibir y guardar la sustancia nutritiva vital extraída de la sangre y del aire. Sólo a partir de allí el nervio principal vital la asimila y la fecunda, o antes la bendice como sustancia apropiada para la Vida, es decir, para la convivencia natural provisional con el alma, la que sin este nervio no sería capaz de entrar en relación con el organismo del cuerpo.

6. De modo que el nervio vital principal en el lado izquierdo del corazón es una verruga muy pequeña y poco vistosa, parecida a una verruga sensible muy pequeña debajo del dedo meñique en el pie izquierdo y otra correspondiente en el pie derecho. Estas verrugas, sólo cubiertas por la piel, son los principales conductores del sentimiento de los pies… Pero ¿quién les presta atención?, y ¿quién sabe lo que son?

7. Si alguien tuviese la mala suerte de perder los dedos meñiques de sus pies, él andaría con grandes dificultades - con dificultades mucho mayores que si hubiese perdido los dedos gordos... Y si ahí alguien preguntase: “¿Por qué, Señor, en tu gran Creación infinita, en general precisamente a las cosas más pequeñas les has dado la facultad de surtir el mayor efecto?”.

8. Entonces Yo le devolvería la pregunta: “¿Por qué ya con vosotros, los hombres, con frecuencia la piedra fundamental para una casa es mil veces más pequeña que toda la construcción, a pesar de que esta tiene su punto principal de apoyo en la piedra fundamental bien colocada? ¿Por qué existen tantas mentiras, mientras que en el Reino de la Verdad no hay más que una sola Verdad fundamental? ¿Por qué es el roble un árbol tan grande, mientras que el germen de su fruta –el que ya incuba innumerablemente muchos robles muy altos– es tan pequeño como el grano de arena más pequeño?”.

9. A vosotros que ahora sois mis amigos, os digo que en toda la gran Creación hay todavía muchas cosas cuya finalidad y naturaleza os parecerían muy extrañas si ya supieseis todo acerca de la Creación de un cúmulo cósmico globular. Si Yo quisiera llamar vuestra atención sobre algunas pocas de tales singularidades, entonces os llevaríais las manos a la cabeza y exclamaríais: “Señor, ¡no puede ser que esto sea así! ¡Porque esto contradice demasiado a todo raciocinio ya algo despierto!”. En pocas palabras: ahora todos vosotros no podéis comprenderlo, ¡pues sólo para citar una mínima parte de estas singularidades conflictivas, harían falta tantos milenios como hay granos de arena en el mar!

10. Una vez que Yo haya regresado a mi Reino y mi Espíritu os colmará, este ya por Sí mismo os introducirá en toda la Verdad… y entonces ya no hará falta que preguntéis: “Señor, ¿por qué esto y por qué aquello?”. Porque se os quitará la venda de los ojos y veréis en la Luz más clara lo que ahora apenas sospecháis tenebrosamente. Por eso, ¡contentaos de momento con lo que ahora habéis oído! Porque sólo es una semilla puesta en vuestro corazón, y sus frutas sólo las cosecharéis maduras cuando en vosotros mismos salga el Sol de mi Espíritu.

11. ¿Habéis comprendido algo de lo que ahora os he dicho? ¡Tened el corazón abierto y confesadlo, porque desde ahora sólo me quedan siete horas enteras para estar entre vosotros! ¡Hablad ahora y confesad dónde alguien de vosotros todavía se encuentra en tinieblas, y Yo le guiaré a la Luz más clara - aunque ahora no sea en la plena Luz de la Vida espiritual!».

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