Capítulo 2 | Carta a Laodicea |
8. ¿De qué más nos sirve ahora la sombra, que bien tuvo un previo significado profético de Moisés sobre aquello que ha sucedido delante de nuestros ojos, a nosotros que nos hemos convertido en un cuerpo con Cristo y en Cristo? 9. Por eso os pido e incluso os ruego: ¡No permitáis a nadie que os fije el objetivo! ¡No de aquél que procede de manera propia y arbitraria y que anda con apariencia de total humildad y completa religiosidad angelical y celestial, cosas que él nunca ha oído o visto jamás, pero que sí está inflado para llevar agua a su molino dentro de sus ambiciones carnales, 10. y que no hace caso a la cabeza, de la cual el cuerpo completo recibe toda la fuerza de acción a través de sus miembros, articulaciones y uniones, que se mantienen unidos mutuamente y hasta crecer así entonces a una medida divina, |
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