¡Y ahora yo, Pablo, pienso que no he omitido nada, para que quede muy claro lo qué está entre vosotros y que es una mala hierba venenosa; sí, es un árbol venenoso altamente dañino cuya transpiración ahoga toda vida; y, con esto, ya no tengo nada más en contra de vosotros! – Carta a Laodicea, Capítulo 3, Párrafo 41
|